Entrevista a Myrtha Casanova
Vivim a les mateixes viles i rodejats gairebé sempre de la mateixa gent. Ens coneixem, això creiem, o això diuen dels pobles, que aquí ens coneixem tots. Entre nosaltres s'amaguen vides, persones i personatges, aventures, anècdotes i trajectòries que circulen en petites distàncies. Però avui dia les experiències es reserven al nostre entorn.
Myrtha Casanova, vídua de Barguñó, nascuda a Cuba i veïna llavanerenca, amaga una història digna de ser reconeguda. Un conte de fades, diria jo, d'aquells que té final feliç, però que fins les últimes pàgines no es reconeix. Des de les 3 viles hem volgut transcriure la vida de Myrtha, perquè és interessant, perquè és una de nosaltres, perquè és una lluitadora. Potser les poques paraules que haguem pogut utilitzar per dibuixar-la no representen la seva magnitud, però que sí ens ajuden a fer realitat el mite, i ens acosta a coneixe'ns una mica més com a poble.
La Cuba de Myrtha
Myrtha va néixer a Cuba, però no a la Cuba que la majoria ens imaginem avui dia, sinó a la Cuba d'abans: una nació culturalment rica, econòmicament sostenible i socialment avançada. “Cuba tenía muchos recursos, tenía dos zafras de azúcar, no una, dos, tenía dos puros, uno de vuelta abajo y otro de vuelta arriba, y hoy aún se cotizan, tenía café, que ya no hay, tenía una industria cárnica magnífica y exportaba arroz a más de medio mundo” ens explica Myrtha quan li preguntem per aquesta Cuba en la que va créixer, “pero eso no lo dicen nunca”, afegeix amb indignació.
Llicenciada en filologia anglesa i francesa, va estudiar a una escola britànica, per desig del seu pare, que per gràcia o desgràcia va insistir en una educació sòlida que l'ajudaria a sobreviure més endavant. “Yo quería estudiar medicina, para dedicarme a la investigación, y negocié con mi padre este trato: primero los idiomas, después la universidad”, comenta, “no sé si tuvo una visión o fue casualidad, porque cuando me fui la cosa ya estaba muy tensa [poc després de marxar, Fidel Castro va instaurar l'actual règim polític], y eso es lo que me salvó a mi, los idiomas”. A Myrtha no li agrada gaire parlar d'aquest tema.
¿Qué tipo de vida llevabas en Cuba? Yo pasé de vivir en una posición muy acomodada, rica en cultura, rica en deportes,... Yo bailaba ballet y danza moderna, jugaba a golf, jugaba a tenis. Fui campeona de Tenis Junior de Cuba, y mi madre lo fue durante 11 años. Mi madre estaba en la galería de honor de Cuba, no sé si aún lo estará... pero mi madre fue quién fue. Hizo una labor magnífica en el deporte, sobretodo en el deporte de la mujer, en aquella época en la que la mujer estaba tratando de buscarse una posición en la sociedad.
Tu madre llevaba un Club. Sí, el Liceum, que era un club cultural y deportivo financiado por un grupo de mujeres intelectuales, mujeres economistas, políticas, escritoras, pintoras y una arquitecta. Tenía una finalidad doble: la aprobación en la cultura y el deporte de la mujer, y la obra social. Entonces era un grupo de mujeres que dedicaban el día a la alfabetización, iban a los barrios a intentar mejorar la calidad de vida de las socias y sus hijas. Daban clases en todas las artes (cerámica, ballet, ikebana, etc) y deportes como el tenis. Teníamos, bueno, tenían, yo solo fui hija de una de ellas, la mejor biblioteca infantil de todo América. Y luego, por la tarde-noche, daban clases a la gente que no podía pagarlo, que no era socia.
Increíble. Sí, era una labor fabulosa, y también se hacían actividades para recaudar fondos y seguir financiando y mantener esta labor social tan importante que hicieron para formar a las mujeres menos favorecidas. Y eso lo aprendí, que se puede, con mucho tesón, hacer cosas verdaderamente extraordinarias. Después yo no he visto esa entidad repetida en el mundo, y no lo he visto porque no es fácil que mujeres se reúnan para hacer algo importante.
¿Has vuelto a Cuba desde entonces, Myrtha? No. No, ni tengo intención de hacerlo. No quiero ver aquellos edificios tan preciosos, tan... no quiero verlos lapidados, caídos. No quiero.
Quieres recordar la Cuba que tú conociste. Sí, yo la recuerdo como era, la Cuba mía, abierta, divertida, en la que había absolutamente de todo.
Estància nord-americana
Myrtha va fugir als Estats Units sense saber que estava fugint: “En 24h me encontré en Nueva York, con 5 dólares en el bolsillo, sin patria, sin padre y con un teléfono en la mano”. No podia tornar enrera, no podia perquè les circumstàncies l’obligaven a tirar endavant, lluny de Cuba.
¿De quién era ese teléfono, Myrtha? De Resalía Sabo. Un amigo de Cuba, Eduardo, me dio su teléfono antes de irme, y la llamé, y me ayudó mucho, muchísimo. Yo he tenido mucha suerte en la vida, he tenido un ángel de la guarda que me ha ido sacando de los momentos más difíciles. Y pasado todo esto, iba con mucha frecuencia a Nueva York a verla, a ella y a sus hijas, porqué es como si fuese su segunda madre.
Gracias a ella, conseguiste trabajo. No, no, cuando yo llegué a Nueva York había más cubanos en el mundo de la comunicación, y me puse en contacto con ellos. Y uno me preparó una entrevista con Jaime Garzón, el director de marketing y publicidad de la empresa en la que trabajé. Él me enseñó todo lo que es el proceso empresarial, porqué yo lo único que tenía eran los idiomas, una formación y cultura (dos carreras de Filología). Lo demás lo aprendí.
¿Qué más aprendiste en Estados Unidos? Yo aprendí, primero, a vivir sola y a depender de mi misma, y además, a tener que trabajar para sacar a mi madre y a mi familia de Cuba. En 24 horas me convertí de la persona atendida, a la que tenía que atender. También me reclutaron en el Congreso Americano para debatir con comunistas por las noches, y trabajaba de día. Muy complicado, difícil y desagradable.
Pero a los 4 años, viniste a España ¿qué pasó? Yo estuve involucrada en el movimiento que trató de recuperar a Cuba. Era muy difícil, y el fracaso estaba asegurado, pero siempre tenías esa ilusión, la ilusión de que al final sucediera. Pero los cogieron. Y pensé, si estos son mis amigos... y me marché a España. Fui a ver la gente que había conocido con la empresa de Nueva York, los Moro (Estudios Moro).
Myrtha Casanova, vídua de Barguñó, nascuda a Cuba i veïna llavanerenca, amaga una història digna de ser reconeguda. Un conte de fades, diria jo, d'aquells que té final feliç, però que fins les últimes pàgines no es reconeix. Des de les 3 viles hem volgut transcriure la vida de Myrtha, perquè és interessant, perquè és una de nosaltres, perquè és una lluitadora. Potser les poques paraules que haguem pogut utilitzar per dibuixar-la no representen la seva magnitud, però que sí ens ajuden a fer realitat el mite, i ens acosta a coneixe'ns una mica més com a poble.
La Cuba de Myrtha
Myrtha va néixer a Cuba, però no a la Cuba que la majoria ens imaginem avui dia, sinó a la Cuba d'abans: una nació culturalment rica, econòmicament sostenible i socialment avançada. “Cuba tenía muchos recursos, tenía dos zafras de azúcar, no una, dos, tenía dos puros, uno de vuelta abajo y otro de vuelta arriba, y hoy aún se cotizan, tenía café, que ya no hay, tenía una industria cárnica magnífica y exportaba arroz a más de medio mundo” ens explica Myrtha quan li preguntem per aquesta Cuba en la que va créixer, “pero eso no lo dicen nunca”, afegeix amb indignació.
Llicenciada en filologia anglesa i francesa, va estudiar a una escola britànica, per desig del seu pare, que per gràcia o desgràcia va insistir en una educació sòlida que l'ajudaria a sobreviure més endavant. “Yo quería estudiar medicina, para dedicarme a la investigación, y negocié con mi padre este trato: primero los idiomas, después la universidad”, comenta, “no sé si tuvo una visión o fue casualidad, porque cuando me fui la cosa ya estaba muy tensa [poc després de marxar, Fidel Castro va instaurar l'actual règim polític], y eso es lo que me salvó a mi, los idiomas”. A Myrtha no li agrada gaire parlar d'aquest tema.
¿Qué tipo de vida llevabas en Cuba? Yo pasé de vivir en una posición muy acomodada, rica en cultura, rica en deportes,... Yo bailaba ballet y danza moderna, jugaba a golf, jugaba a tenis. Fui campeona de Tenis Junior de Cuba, y mi madre lo fue durante 11 años. Mi madre estaba en la galería de honor de Cuba, no sé si aún lo estará... pero mi madre fue quién fue. Hizo una labor magnífica en el deporte, sobretodo en el deporte de la mujer, en aquella época en la que la mujer estaba tratando de buscarse una posición en la sociedad.
Tu madre llevaba un Club. Sí, el Liceum, que era un club cultural y deportivo financiado por un grupo de mujeres intelectuales, mujeres economistas, políticas, escritoras, pintoras y una arquitecta. Tenía una finalidad doble: la aprobación en la cultura y el deporte de la mujer, y la obra social. Entonces era un grupo de mujeres que dedicaban el día a la alfabetización, iban a los barrios a intentar mejorar la calidad de vida de las socias y sus hijas. Daban clases en todas las artes (cerámica, ballet, ikebana, etc) y deportes como el tenis. Teníamos, bueno, tenían, yo solo fui hija de una de ellas, la mejor biblioteca infantil de todo América. Y luego, por la tarde-noche, daban clases a la gente que no podía pagarlo, que no era socia.
Increíble. Sí, era una labor fabulosa, y también se hacían actividades para recaudar fondos y seguir financiando y mantener esta labor social tan importante que hicieron para formar a las mujeres menos favorecidas. Y eso lo aprendí, que se puede, con mucho tesón, hacer cosas verdaderamente extraordinarias. Después yo no he visto esa entidad repetida en el mundo, y no lo he visto porque no es fácil que mujeres se reúnan para hacer algo importante.
¿Has vuelto a Cuba desde entonces, Myrtha? No. No, ni tengo intención de hacerlo. No quiero ver aquellos edificios tan preciosos, tan... no quiero verlos lapidados, caídos. No quiero.
Quieres recordar la Cuba que tú conociste. Sí, yo la recuerdo como era, la Cuba mía, abierta, divertida, en la que había absolutamente de todo.
Estància nord-americana
Myrtha va fugir als Estats Units sense saber que estava fugint: “En 24h me encontré en Nueva York, con 5 dólares en el bolsillo, sin patria, sin padre y con un teléfono en la mano”. No podia tornar enrera, no podia perquè les circumstàncies l’obligaven a tirar endavant, lluny de Cuba.
¿De quién era ese teléfono, Myrtha? De Resalía Sabo. Un amigo de Cuba, Eduardo, me dio su teléfono antes de irme, y la llamé, y me ayudó mucho, muchísimo. Yo he tenido mucha suerte en la vida, he tenido un ángel de la guarda que me ha ido sacando de los momentos más difíciles. Y pasado todo esto, iba con mucha frecuencia a Nueva York a verla, a ella y a sus hijas, porqué es como si fuese su segunda madre.
Gracias a ella, conseguiste trabajo. No, no, cuando yo llegué a Nueva York había más cubanos en el mundo de la comunicación, y me puse en contacto con ellos. Y uno me preparó una entrevista con Jaime Garzón, el director de marketing y publicidad de la empresa en la que trabajé. Él me enseñó todo lo que es el proceso empresarial, porqué yo lo único que tenía eran los idiomas, una formación y cultura (dos carreras de Filología). Lo demás lo aprendí.
¿Qué más aprendiste en Estados Unidos? Yo aprendí, primero, a vivir sola y a depender de mi misma, y además, a tener que trabajar para sacar a mi madre y a mi familia de Cuba. En 24 horas me convertí de la persona atendida, a la que tenía que atender. También me reclutaron en el Congreso Americano para debatir con comunistas por las noches, y trabajaba de día. Muy complicado, difícil y desagradable.
Pero a los 4 años, viniste a España ¿qué pasó? Yo estuve involucrada en el movimiento que trató de recuperar a Cuba. Era muy difícil, y el fracaso estaba asegurado, pero siempre tenías esa ilusión, la ilusión de que al final sucediera. Pero los cogieron. Y pensé, si estos son mis amigos... y me marché a España. Fui a ver la gente que había conocido con la empresa de Nueva York, los Moro (Estudios Moro).
D'Estats Units a l'Espanya dels anys 70
Myrtha es va acollir a Espanya, per continuar amb la seva professió des de Madrid. Una Espanya que patia els últims anys de Franquisme, una Espanya endarrerida i tradicionalista. Va treballar amb els Estudios Moro, que representen l'edat d'or de la publicitat filmada [amb l'auge de la televisió i el cinema] i dels dibuixos d'animació [creadors, entre d'altres, de la ja mítica Familia Telerín], sota una empresa de publicitat i marketing, CIGLA. Poc després, desenvoluparia un nou projecte empresarial, StanHome Inc [venta directe de productes de neteja i cosmètica base].
Háblanos de CIGLA. Conocí a los hermanos Moro en la agencia de publicidad donde yo trabajaba, Monroe F. Dreher Inc y al llegar a Madrid, tomé contacto con ellos. Hicimos campañas de publicidad muy bonitas en los 70, me hace mucha gracia, porqué en un capítulo de “Cuéntame como pasó”, salió el anuncio que hicimos para Brovil: “Concentrado estoy…”. Entonces, muchas empresas hacían el anuncio y ya está, pero había aprendido que primero tenías que hacer estudios previos, de mercado, de marca, de los canales de distribución, de la competencia,... y eso no era muy habitual en la España de la época. Tuvimos mucho éxito y captamos clientes muy buenos, la mayoría internacionales, como Shell y Nestlé.
Y llegó “StanHome”. John Caswell, vicepresidente de Stanhome Inc, le preguntó a Mike Echegaray, vicepresidente de Banif en Madrid, que le presentara a “un hombre que pudiera montar la empresa en España”. Mike le dijo: “No conozco a ningún hombre, pero sí a una mujer”. Así fue como John me contrató, quizá por mi internacionalidad y por mi conocimiento de la cultura americana y empresarial, o por mi experiencia profesional en venta directa. No había, por entonces, en España mucha gente con mi formación y dominio del inglés.
Entonces, viniste a Barcelona. Sí, y desde Massachusetts me decían “¿Pero la capital de España no es Madrid?” y yo les decía que sí, que era Madrid, pero que la capital industrial era Barcelona. Si queríamos que producir a tiempo, teníamos que estar en Catalunya.
Mucha gente recuerda StanHome, fue todo un éxito. ¿Qué tenías de particular? Los productos eran muy singulares y novedosos, de más calidad. Trabajamos en solidaridad con la competencia, que eran Tupperware y Avon Cosmetics, que en realidad no eran competencia, porqué estábamos abriendo un nuevo sector en España. Teníamos el mismo sistema de venta directa, y el mismo interés en desarrollar con ética nuestros respectivos negocios, con el objeto de impedir o dificultar la entrada de empresas pirata que perjudicasen la credibilidad del sistema.
Y la mujer tuvo un papel importante... Sí, eran ellas las que demostraban y vendían los productos en las reuniones. Tuvimos la fortuna de reclutar mujeres de alto nivel social, alguna incluso 'Grande de España'. Sacamos a la mujer literalmente de la cocina. La barrera más importante que tenían en el momento de aceptar o no el empleo era la familia, su profesión era cuidar la casa. Pero había una necesidad sentida de las mujeres de esa generación de demostrarse a si mismas que tenían valor, y valía. Y a medida que muchas de esas mujeres se convirtieron en grandes profesionales ganando mucho dinero. Y por mimetismo, más mujeres querían ser distribuidoras de StanHome.
¿Podríamos decir que seguiste un poco la línea del Liceum de tu madre? Sí, en parte sí. Contribuimos a la transformación social del momento, pero en 10 años, la mujer empezó a trabajar y surgió competencia. Había que actualizar el sistema para crecer y no se hizo. Dejé la empresa y finalmente se vendió la corporación unos años después. Pero puedo decir que tuve la ocasión de ayudar a miles de mujeres a ayudarse a si mismas, porque incidimos en una esfera sociológica de España, al cambio de una actitud, porque estas mujeres educaron a sus hijos con otro conocimiento. Y eso es una gran satisfacción.
L'Institut Europeu de la Gestió de la Diversitat
Després de deixar Stanhome, la vida de Myrtha es va aturar durant un any. “Después de tantos años en una misma empresa, hay que hacer una transición, hay que romper”. Però durant aquest any sabàtic, Myrtha va contactar amb l'americà John Naisbitt, l'autor de Megatrends [Megatendències], encuriosida i apassionada per l'anàlisi de tendències en la presa de decisions empresarials. Junts treballarien prop de 15 anys, i aquest seria l'inici de l'Institut Europeu de la Gestió de la Diversitat (IEGD).
¿Qué pasó después de contactar con John Naisbitt? Me invitó a Washington para colaborar con su grupo de análisis de tendencias [The Naisbitt group], y en su publicación periódica de análisis de tendencias, que aún existe. Yo la traje a España [la publicación], así como los estudios de tendencias para dar apoyo a entidades en España, durante casi 15 años.
En ese momento, participaste en The Conference Board. Sí, ésta era una gran organización fundada el 1914 por grandes empresas, como Rockefeller y Ford, que estudiaba el impacto que tienen los recursos financieros, tecnológicos y humanos en las empresas. Ellos formaban panels para debatir sobre un sector determinado, para poner en común diversas opiniones y estudios sobre un tema, e invitaron a John a participar en uno de ellos.
Pero fuiste tú. Sí, cuando le invitaron, John me dijo que fuera yo. Y yo le dije que porqué tenía que participar yo si le habían invitado a él, que era una persona de mucho renombre. Pero me dijo que fuera yo, porque era mujer, porque había trabajado en medio mundo, porque hablaba 4 idiomas y vivía en Europa, y podía hacer una aportación mucho más innovadora. Y yo encantada, claro, porque participé en una experiencia extraordinaria y con el transcurso de los años, comprendí la decisión de John.
Y de allí la idea de gestionar la diversidad. En Estados Unidos siempre habían fomentado muchas políticas hacia las minorías, para mejorar la situación de personas de otras razas, edades, género... pero se cuestionaban si esto daba beneficio a la empresa o generaba conflictos. Pero no se había de segmentar a las personas por sus características menos favorecidas, porque eso lo que hace es discriminarlos del resto. En ese panel, se empezó a promover la política de inclusión de la diversidad: se creó el concepto de potenciar los diferentes perfiles de las personas para mejorar en creatividad, innovación y desarrollo.
A partir de aquí, surge la idea de tu ONG, ¿no? Las empresas que participaban en este panel empezaron a implementar la política de gestión de la Diversidad como estrategia corporativa, y quisieron implantarla en las filiales de la empresas de Europa y Asia. Pero Estados Unidos y Europa no es lo mismo, lo que puede funcionar allí, no tiene porque funcionar aquí y esa era la barrera que se encontraban. Solo había una persona que era de Europa: yo. Las corporaciones me empezaron a escribir y a llamar para pedirme ayuda, comprendí que me lo había de tomar muy en serio, y fundé el Instituto.
El IEGD, Instituto Europeo para la Gestión de la Diversidad. Sí. Me fue relativamente fácil, porque en aquella época era Presidenta de la EWMD, Organización Europea de Mujeres para el Desarrollo de la Dirección, entre otras cosas. El IEGD es una organización sin ánimo de lucro, la única en Europa, presente en 20 países. Damos apoyo a las empresas en su necesidad de desarrollar políticas de inclusión de la diversidad, de conciliación, de responsabilidad social,... nuestros miembros asesoran, hacen muchas investigaciones y crean programas de sensibilización. Siempre bajo la óptica, no de segmentar, sino de unir, de respetar la diversidad, porque si uno no está a gusto en la empresa, se marcha. Queremos mejorar la calidad de vida de las personas. Según declaración de la UNESCO del 2003, la diversidad cultural es patrimonio de la humanidad, porque es la que genera el desarrollo.
Haciendo hincapié en otro asunto, me gustaría mencionar que también fuiste nominada “Una mujer para Europa” el año 1996. Sí, y fui nominada por el Comité Británico. Imagínate, una mujer de origen cubano, residente en España y nominada por ingleses. Eso es muy significativo, porque quiere decir que Europa funciona, que se está haciendo de verdad. Quiere decir que Europa es diversa, y pero eso se desarrolla como gran potencia en el mundo, un nuevo balance de poder. De hecho, el lema de la Unión Europea es “Unidos por la Diversidad”.
La diversitat arriba a LES 3 VILES
Paral·lelament, Myrtha s'anava convertint en una veïna més de les 3 viles. A la seva arribada a Barcelona, va fer amistat amb la santvicentina Nina Balmes, d'aquí que sempre estiuegés a Sant Vicenç de Montalt. Més endavant, es va casar amb Josep Maria Barguñó, amb qui va tenir dos fills, Javier i Mario, i es va traslladar a Sant Pol. Amb la mort del seu marit el 1977, les circumstàncies de la vida van tornar a deixar a Myrtha sola amb els seus fills. Però tot i viure a Barcelona, mantenia una segona residència a Llavaneres. I era tanta la qualitat de vida que hi trobava aquí, que cada vegada li costava més tornar a la ciutat. Fins que un dia, va decidir quedar-se.
Veraneas en Sant Vicenç, como aquel que dice, de toda la vida. ¿Qué hizo que te establecieras definitivamente aquí? Veraneo aquí desde joven, desde cuando venía a las Tres Torres, con Nina. Cada vez nos daba más pereza bajar a Barcelona los domingos, o después de Fiestas. Así que cuando Javier, mi hijo, acabó los estudios en la escuela, y Mario, en la escuela especial [el fill de Myrtha és discapacitat], nos planteamos si podíamos hacerlo al revés: quedarnos aquí y bajar cada día de la semana a Barcelona.
Y funcionó. Sí. Mis hijos, por suerte, tenían su vida aquí, y estaban encantados. Estar aquí era una cosa... estábamos mucho más a gusto. Tuvieron una juventud fabulosa, con mucha calidad de vida: Mario se orientó estupendamente, y Javier subía y bajaba a la universidad cada día con todos sus amigos. Mis hijos se sienten de aquí, esta es nuestra casa, la casa nuestra.
Mario encontró un entorno más independiente aquí que en Barcelona, ¿no? Sí, gracias entre otras cosas al apoyo de la asistente social de Llavaneres. Entró en la Fundació Maresme, y después claro, como es muy artista [Mario és amant de la música, la pintura i la literatura], aquí cada día tiene una actividad, y un entorno de privilegios. Repetirlo en otro lugar, me parece dificilísimo.
¿Te va bien dirigir en el Instituto desde aquí? Gracias a las telecomunicaciones sí, porque yo no trabajo, mi vida laboral terminó hace 10 años. Ahora le dedico mi tiempo a impulsar la ONG, y no importa dónde estés. Además, esta colaboración entre las tres villas, esta unión, genera un microclima realmente extraordinario. Cuando estoy en el extranjero y me preguntan dónde vivo, siempre les digo que en un pueblo precioso al norte de Barcelona, y que no lo cambio por nada del mundo.
A més del IEGD, Myrtha és professora d'ESADE de Gestió de la Diversitat, i va ser professora de prospectiva pel món empresarial i al programa ODAME de Barcelona Activa per dones empresaries durant 21 anys. És comisària per la Globalización del State of the World Forum, una iniciativa de la Fundació Gorbachev de San Francisco. És membre del Council for Diversity and Work Life Issues de The Conference Board a Europa. És mare, àvia, veïna i amiga, dona inquieta, lluitadora i convençuda. “Ahora no trabajo, ahora me divierto, disfruto y hago una contribución al entorno social y económico…, y el día que deje de divertirme lo dejaré”.
Myrtha, europea, cubana, americana, espanyola, i sobretot, tresvilatenca, és diversa, i és precisament aquest aspecte el que la fa una persona especial. Tots tenim arrels arreu del món, més o menys agafades, però que formen part de nosaltres, i ens fan diferents. Myrtha creu en aquesta riquesa, i la potencia. I és en les Tres Viles, en aquest petit espai de terra, en el que ha trobat la pau: “Esta es nuestra casa, la casa nuestra”.
“Un granito de arena en un desierto”
Diu que no quan li afirmo que li està donant un gir a les coses: “Yo no pretendo cambiar el mundo, yo siento la necesidad de poner un granito de arena en un desierto, y no creas que lo veo con tristeza, porque un solo grano ya genera cambios profundos”. Però mica en mica, els models canvien, i canvien a millor, i canvien perquè persones com Myrtha s'interessen i dediquen les seves vides a posar una mica més d'esforç en un projecte global. Per mi, ha estat tot un orgull conéixer a una d'aquestes persones, i espero que per la resta de tresvilatencs, també ho sigui conviure amb ella, i amb la seva diversitat.
Myrtha es va acollir a Espanya, per continuar amb la seva professió des de Madrid. Una Espanya que patia els últims anys de Franquisme, una Espanya endarrerida i tradicionalista. Va treballar amb els Estudios Moro, que representen l'edat d'or de la publicitat filmada [amb l'auge de la televisió i el cinema] i dels dibuixos d'animació [creadors, entre d'altres, de la ja mítica Familia Telerín], sota una empresa de publicitat i marketing, CIGLA. Poc després, desenvoluparia un nou projecte empresarial, StanHome Inc [venta directe de productes de neteja i cosmètica base].
Háblanos de CIGLA. Conocí a los hermanos Moro en la agencia de publicidad donde yo trabajaba, Monroe F. Dreher Inc y al llegar a Madrid, tomé contacto con ellos. Hicimos campañas de publicidad muy bonitas en los 70, me hace mucha gracia, porqué en un capítulo de “Cuéntame como pasó”, salió el anuncio que hicimos para Brovil: “Concentrado estoy…”. Entonces, muchas empresas hacían el anuncio y ya está, pero había aprendido que primero tenías que hacer estudios previos, de mercado, de marca, de los canales de distribución, de la competencia,... y eso no era muy habitual en la España de la época. Tuvimos mucho éxito y captamos clientes muy buenos, la mayoría internacionales, como Shell y Nestlé.
Y llegó “StanHome”. John Caswell, vicepresidente de Stanhome Inc, le preguntó a Mike Echegaray, vicepresidente de Banif en Madrid, que le presentara a “un hombre que pudiera montar la empresa en España”. Mike le dijo: “No conozco a ningún hombre, pero sí a una mujer”. Así fue como John me contrató, quizá por mi internacionalidad y por mi conocimiento de la cultura americana y empresarial, o por mi experiencia profesional en venta directa. No había, por entonces, en España mucha gente con mi formación y dominio del inglés.
Entonces, viniste a Barcelona. Sí, y desde Massachusetts me decían “¿Pero la capital de España no es Madrid?” y yo les decía que sí, que era Madrid, pero que la capital industrial era Barcelona. Si queríamos que producir a tiempo, teníamos que estar en Catalunya.
Mucha gente recuerda StanHome, fue todo un éxito. ¿Qué tenías de particular? Los productos eran muy singulares y novedosos, de más calidad. Trabajamos en solidaridad con la competencia, que eran Tupperware y Avon Cosmetics, que en realidad no eran competencia, porqué estábamos abriendo un nuevo sector en España. Teníamos el mismo sistema de venta directa, y el mismo interés en desarrollar con ética nuestros respectivos negocios, con el objeto de impedir o dificultar la entrada de empresas pirata que perjudicasen la credibilidad del sistema.
Y la mujer tuvo un papel importante... Sí, eran ellas las que demostraban y vendían los productos en las reuniones. Tuvimos la fortuna de reclutar mujeres de alto nivel social, alguna incluso 'Grande de España'. Sacamos a la mujer literalmente de la cocina. La barrera más importante que tenían en el momento de aceptar o no el empleo era la familia, su profesión era cuidar la casa. Pero había una necesidad sentida de las mujeres de esa generación de demostrarse a si mismas que tenían valor, y valía. Y a medida que muchas de esas mujeres se convirtieron en grandes profesionales ganando mucho dinero. Y por mimetismo, más mujeres querían ser distribuidoras de StanHome.
¿Podríamos decir que seguiste un poco la línea del Liceum de tu madre? Sí, en parte sí. Contribuimos a la transformación social del momento, pero en 10 años, la mujer empezó a trabajar y surgió competencia. Había que actualizar el sistema para crecer y no se hizo. Dejé la empresa y finalmente se vendió la corporación unos años después. Pero puedo decir que tuve la ocasión de ayudar a miles de mujeres a ayudarse a si mismas, porque incidimos en una esfera sociológica de España, al cambio de una actitud, porque estas mujeres educaron a sus hijos con otro conocimiento. Y eso es una gran satisfacción.
L'Institut Europeu de la Gestió de la Diversitat
Després de deixar Stanhome, la vida de Myrtha es va aturar durant un any. “Después de tantos años en una misma empresa, hay que hacer una transición, hay que romper”. Però durant aquest any sabàtic, Myrtha va contactar amb l'americà John Naisbitt, l'autor de Megatrends [Megatendències], encuriosida i apassionada per l'anàlisi de tendències en la presa de decisions empresarials. Junts treballarien prop de 15 anys, i aquest seria l'inici de l'Institut Europeu de la Gestió de la Diversitat (IEGD).
¿Qué pasó después de contactar con John Naisbitt? Me invitó a Washington para colaborar con su grupo de análisis de tendencias [The Naisbitt group], y en su publicación periódica de análisis de tendencias, que aún existe. Yo la traje a España [la publicación], así como los estudios de tendencias para dar apoyo a entidades en España, durante casi 15 años.
En ese momento, participaste en The Conference Board. Sí, ésta era una gran organización fundada el 1914 por grandes empresas, como Rockefeller y Ford, que estudiaba el impacto que tienen los recursos financieros, tecnológicos y humanos en las empresas. Ellos formaban panels para debatir sobre un sector determinado, para poner en común diversas opiniones y estudios sobre un tema, e invitaron a John a participar en uno de ellos.
Pero fuiste tú. Sí, cuando le invitaron, John me dijo que fuera yo. Y yo le dije que porqué tenía que participar yo si le habían invitado a él, que era una persona de mucho renombre. Pero me dijo que fuera yo, porque era mujer, porque había trabajado en medio mundo, porque hablaba 4 idiomas y vivía en Europa, y podía hacer una aportación mucho más innovadora. Y yo encantada, claro, porque participé en una experiencia extraordinaria y con el transcurso de los años, comprendí la decisión de John.
Y de allí la idea de gestionar la diversidad. En Estados Unidos siempre habían fomentado muchas políticas hacia las minorías, para mejorar la situación de personas de otras razas, edades, género... pero se cuestionaban si esto daba beneficio a la empresa o generaba conflictos. Pero no se había de segmentar a las personas por sus características menos favorecidas, porque eso lo que hace es discriminarlos del resto. En ese panel, se empezó a promover la política de inclusión de la diversidad: se creó el concepto de potenciar los diferentes perfiles de las personas para mejorar en creatividad, innovación y desarrollo.
A partir de aquí, surge la idea de tu ONG, ¿no? Las empresas que participaban en este panel empezaron a implementar la política de gestión de la Diversidad como estrategia corporativa, y quisieron implantarla en las filiales de la empresas de Europa y Asia. Pero Estados Unidos y Europa no es lo mismo, lo que puede funcionar allí, no tiene porque funcionar aquí y esa era la barrera que se encontraban. Solo había una persona que era de Europa: yo. Las corporaciones me empezaron a escribir y a llamar para pedirme ayuda, comprendí que me lo había de tomar muy en serio, y fundé el Instituto.
El IEGD, Instituto Europeo para la Gestión de la Diversidad. Sí. Me fue relativamente fácil, porque en aquella época era Presidenta de la EWMD, Organización Europea de Mujeres para el Desarrollo de la Dirección, entre otras cosas. El IEGD es una organización sin ánimo de lucro, la única en Europa, presente en 20 países. Damos apoyo a las empresas en su necesidad de desarrollar políticas de inclusión de la diversidad, de conciliación, de responsabilidad social,... nuestros miembros asesoran, hacen muchas investigaciones y crean programas de sensibilización. Siempre bajo la óptica, no de segmentar, sino de unir, de respetar la diversidad, porque si uno no está a gusto en la empresa, se marcha. Queremos mejorar la calidad de vida de las personas. Según declaración de la UNESCO del 2003, la diversidad cultural es patrimonio de la humanidad, porque es la que genera el desarrollo.
Haciendo hincapié en otro asunto, me gustaría mencionar que también fuiste nominada “Una mujer para Europa” el año 1996. Sí, y fui nominada por el Comité Británico. Imagínate, una mujer de origen cubano, residente en España y nominada por ingleses. Eso es muy significativo, porque quiere decir que Europa funciona, que se está haciendo de verdad. Quiere decir que Europa es diversa, y pero eso se desarrolla como gran potencia en el mundo, un nuevo balance de poder. De hecho, el lema de la Unión Europea es “Unidos por la Diversidad”.
La diversitat arriba a LES 3 VILES
Paral·lelament, Myrtha s'anava convertint en una veïna més de les 3 viles. A la seva arribada a Barcelona, va fer amistat amb la santvicentina Nina Balmes, d'aquí que sempre estiuegés a Sant Vicenç de Montalt. Més endavant, es va casar amb Josep Maria Barguñó, amb qui va tenir dos fills, Javier i Mario, i es va traslladar a Sant Pol. Amb la mort del seu marit el 1977, les circumstàncies de la vida van tornar a deixar a Myrtha sola amb els seus fills. Però tot i viure a Barcelona, mantenia una segona residència a Llavaneres. I era tanta la qualitat de vida que hi trobava aquí, que cada vegada li costava més tornar a la ciutat. Fins que un dia, va decidir quedar-se.
Veraneas en Sant Vicenç, como aquel que dice, de toda la vida. ¿Qué hizo que te establecieras definitivamente aquí? Veraneo aquí desde joven, desde cuando venía a las Tres Torres, con Nina. Cada vez nos daba más pereza bajar a Barcelona los domingos, o después de Fiestas. Así que cuando Javier, mi hijo, acabó los estudios en la escuela, y Mario, en la escuela especial [el fill de Myrtha és discapacitat], nos planteamos si podíamos hacerlo al revés: quedarnos aquí y bajar cada día de la semana a Barcelona.
Y funcionó. Sí. Mis hijos, por suerte, tenían su vida aquí, y estaban encantados. Estar aquí era una cosa... estábamos mucho más a gusto. Tuvieron una juventud fabulosa, con mucha calidad de vida: Mario se orientó estupendamente, y Javier subía y bajaba a la universidad cada día con todos sus amigos. Mis hijos se sienten de aquí, esta es nuestra casa, la casa nuestra.
Mario encontró un entorno más independiente aquí que en Barcelona, ¿no? Sí, gracias entre otras cosas al apoyo de la asistente social de Llavaneres. Entró en la Fundació Maresme, y después claro, como es muy artista [Mario és amant de la música, la pintura i la literatura], aquí cada día tiene una actividad, y un entorno de privilegios. Repetirlo en otro lugar, me parece dificilísimo.
¿Te va bien dirigir en el Instituto desde aquí? Gracias a las telecomunicaciones sí, porque yo no trabajo, mi vida laboral terminó hace 10 años. Ahora le dedico mi tiempo a impulsar la ONG, y no importa dónde estés. Además, esta colaboración entre las tres villas, esta unión, genera un microclima realmente extraordinario. Cuando estoy en el extranjero y me preguntan dónde vivo, siempre les digo que en un pueblo precioso al norte de Barcelona, y que no lo cambio por nada del mundo.
A més del IEGD, Myrtha és professora d'ESADE de Gestió de la Diversitat, i va ser professora de prospectiva pel món empresarial i al programa ODAME de Barcelona Activa per dones empresaries durant 21 anys. És comisària per la Globalización del State of the World Forum, una iniciativa de la Fundació Gorbachev de San Francisco. És membre del Council for Diversity and Work Life Issues de The Conference Board a Europa. És mare, àvia, veïna i amiga, dona inquieta, lluitadora i convençuda. “Ahora no trabajo, ahora me divierto, disfruto y hago una contribución al entorno social y económico…, y el día que deje de divertirme lo dejaré”.
Myrtha, europea, cubana, americana, espanyola, i sobretot, tresvilatenca, és diversa, i és precisament aquest aspecte el que la fa una persona especial. Tots tenim arrels arreu del món, més o menys agafades, però que formen part de nosaltres, i ens fan diferents. Myrtha creu en aquesta riquesa, i la potencia. I és en les Tres Viles, en aquest petit espai de terra, en el que ha trobat la pau: “Esta es nuestra casa, la casa nuestra”.
“Un granito de arena en un desierto”
Diu que no quan li afirmo que li està donant un gir a les coses: “Yo no pretendo cambiar el mundo, yo siento la necesidad de poner un granito de arena en un desierto, y no creas que lo veo con tristeza, porque un solo grano ya genera cambios profundos”. Però mica en mica, els models canvien, i canvien a millor, i canvien perquè persones com Myrtha s'interessen i dediquen les seves vides a posar una mica més d'esforç en un projecte global. Per mi, ha estat tot un orgull conéixer a una d'aquestes persones, i espero que per la resta de tresvilatencs, també ho sigui conviure amb ella, i amb la seva diversitat.
Ho pots trobar a:
(I part, febrer de 2008)
(II part, març de 2008)
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